Cuando yo, Verónica, nacida en el Ecuador, estaba a punto de graduarme de la secundaria, tenía un gran deseo por estudiar medicina, con el anhelo de curar las enfermedades de la gente. Luché mucho por un lugar para ingresar a esta carrera en una universidad pública, pero éramos tantos estudiantes con la misma aspiración y la competencia era tan dura, que ese sueño parecía escaparse de mis manos.
Cuando yo, Verónica, nacida en el Ecuador, estaba a punto de graduarme de la secundaria, tenía un gran deseo por estudiar medicina, con el anhelo de curar las enfermedades de la gente. Luché mucho por un lugar para ingresar a esta carrera en una universidad pública, pero éramos tantos estudiantes con la misma aspiración y la competencia era tan dura, que ese sueño parecía escaparse de mis manos.