La combinación de hábitos saludables y una vida social activa podría ser uno de los factores más importantes para retrasar el envejecimiento, de acuerdo con Venki Ramakrishnan, premio Nobel de Química 2009, quien abordó este tema en una entrevista con Obsidiana y que también describe en su libro “Por qué morimos”.
El científico explicó que, aunque existen avances tecnológicos que buscan no solo prolongar la vida, sino también mejorar su calidad, el envejecimiento sigue siendo un fenómeno complejo que involucra múltiples disciplinas, como la biología molecular, la biología celular y la epigenética. Estos campos, aunque actualmente parecen lejanos o accesibles solo para sectores con altos recursos económicos, podrían democratizarse con el tiempo, tal como ocurrió con la telefonía móvil.
“Algunos argumentan que, si nos fijamos en la venta de teléfonos móviles, al principio eran muy caros y solo unas pocas personas podían tenerlos; ahora, incluso en países pobres, son comunes”, señaló Ramakrishnan al explicar cómo los avances científicos pueden volverse accesibles conforme disminuyen los costos de producción.
En cuanto al papel de los telómeros —estructuras especializadas del ADN que protegen el material genético—, el Nobel detalló que estos sufren un proceso constante de senescencia, es decir, llegan a un punto en el que dejan de reproducirse. Esto puede desencadenar procesos inflamatorios que, con el tiempo, derivan en problemas como la pérdida de la memoria, al haber superado un umbral crítico en el organismo.
Aunque los telómeros pueden tener una vida relativamente larga, Ramakrishnan subrayó que aún se desconoce por qué algunas personas viven más tiempo que otras. Incluso si se lograra intervenir en factores como el peso corporal o ciertos mecanismos celulares, podrían aparecer nuevos riesgos, como un aumento en la probabilidad de desarrollar cáncer, lo que hace que estas soluciones sigan siendo altamente complejas.
Este debate también abre la discusión sobre la posibilidad de crear “bebés perfectos” mediante avances tecnológicos. Al respecto, el científico recordó un caso ocurrido en China, considerado ilegal y ampliamente condenado a nivel internacional, en el que se alteró la línea germinal con la intención de eliminar ciertos genes. Dicha práctica está prohibida en muchos países debido a sus implicaciones éticas y científicas.
Si bien existen investigaciones que buscan intervenir desde la etapa embrionaria para reducir padecimientos genéticos, Ramakrishnan aclaró que incluso con grandes recursos económicos resulta extremadamente difícil modificar o crear características específicas. Como ejemplo, mencionó que aumentar el coeficiente intelectual (IQ) es una tarea sumamente compleja debido a la intricada interacción de múltiples genes.
Finalmente, el premio Nobel enfatizó que, hasta el momento, no existe una solución definitiva para retrasar el envejecimiento. No obstante, en su libro propone una serie de recomendaciones prácticas que, combinadas, pueden contribuir significativamente a una vida más larga y saludable: una dieta equilibrada y moderada, ejercicio regular y un descanso adecuado.
Estas prácticas, señaló, no solo deben aplicarse en la vejez, sino a lo largo de toda la vida. A ello se suman factores sociales fundamentales, como evitar el aislamiento social. “La gente ha descubierto que el aislamiento en la vejez no es bueno; rodearse de amigos y familiares a lo largo de la vida probablemente ayude a envejecer con mayor salud”, explicó.
Otro elemento clave es contar con un propósito de vida. De acuerdo con Ramakrishnan, las personas que carecen de un objetivo o motivación clara tienden a envejecer más rápido, mientras que aquellas que mantienen un sentido de propósito logran una mejor calidad de vida en el proceso de envejecimiento.
En conclusión, aunque la ciencia continúa explorando los límites de la longevidad humana, el especialista sostiene que una vida social activa, hábitos saludables y un propósito personal siguen siendo, por ahora, las herramientas más efectivas para envejecer de manera más saludable.
