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Reinventarse en la vejez: claves para un envejecimiento saludable

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Escrito por:
Publicación: calendar_month 31 de agosto de 2025

El envejecimiento es un proceso extraordinario por el que te conviertes en la persona que siempre deberías haber sido.”
David Bowie

Envejecer no es solo un declive biológico, sino una oportunidad para reinventarnos. En una sociedad obsesionada con la juventud, la vejez puede reconsiderarse como un viaje hacia una nueva forma de expresión. Envejecer saludablemente no es sólo aspirar a mantener un cuerpo intacto, sino abrazar el tiempo con lucidez, curiosidad y un espíritu fortalecido. Es aprender a moverse bajo el manto de las arrugas, encontrar belleza en la madurez y vivir cada momento con intensidad.


Este enfoque ha sido abordado por autores como Pascal Bruckner, quien sostiene que el envejecimiento saludable debe comprenderse como un proceso integral que involucra mente, emociones y voluntad. Se trata de aceptar con entereza las transformaciones del cuerpo, sin renunciar a la pasión por la vida. De forma similar, Martha Nussbaum, desde su enfoque de las capacidades, propone que esta etapa debe permitir a las personas ejercer y desarrollar aquellas habilidades fundamentales que hacen posible una vida plena y digna.

Factores como el entorno, la dieta, el ejercicio, el acceso a salud y los vínculos sociales son clave para una vejez digna.


En ese mismo espíritu, la Década del Envejecimiento Saludable promovida por las Naciones Unidas subraya que el objetivo no es únicamente prolongar la vida, sino asegurar que las personas mayores conserven su funcionalidad: la capacidad de hacer lo que valoran. Para lograrlo, es fundamental crear entornos accesibles y garantizar condiciones que permitan a todos participar activamente en la sociedad.


Desde el enfoque de Nussbaum identifica diez capacidades esenciales que deben protegerse y promoverse en todas las edades. Estas incluyen la posibilidad de vivir una vida de duración normal; tener acceso a cuidados médicos y condiciones de vida adecuadas; moverse con libertad y seguridad; usar los sentidos, imaginar, pensar, aprender y acceder a la educación; experimentar emociones sin temor; planificar proyectos de vida; interactuar y participar en la comunidad; vivir en armonía con la naturaleza; disfrutar de actividades recreativas; y participar en la vida política.


Promover estas capacidades exige políticas públicas, sistemas de salud accesibles, redes de apoyo sólidas y entornos incluyentes. Por ello, iniciativas como las “ciudades amigables con las personas mayores”, impulsadas por la Organización Mundial de la Salud, buscan que los espacios urbanos respondan a las necesidades reales del envejecimiento y permitan mantener la autonomía funcional.


Desde luego, el envejecimiento saludable está determinado por múltiples factores. Uno de ellos es la genética. Aunque no podemos modificar nuestros genes, sí podemos entender que juegan un papel relevante, aunque no definitivo, en cómo envejecemos. Nuestra historia familiar puede darnos pistas, pero no debe dictar nuestro destino.


El estilo de vida, en cambio, es un factor que sí está en nuestras manos. Mantenerse físicamente activo, seguir una dieta equilibrada, dormir bien, evitar el tabaquismo y moderar el consumo de alcohol son decisiones que, sostenidas a lo largo del tiempo, construyen un envejecimiento más saludable. En paralelo, la salud mental debe ser cuidada con la misma atención: cultivar vínculos, participar en actividades sociales y mantener relaciones significativas puede mejorar la calidad de vida en cualquier edad. La soledad, y en particular el aislamiento social, tienen efectos negativos profundos sobre el bienestar emocional y físico en la vejez.

Otro elemento clave es el acceso a servicios de salud preventivos y continuos. Acudir a revisiones médicas regulares, vacunarse, participar en programas de detección o realizar actividad física adaptada son prácticas que permiten detectar y tratar a tiempo muchas enfermedades crónicas, además de mantener la autonomía funcional.

Envejecer con plenitud requiere políticas públicas, ciudades inclusivas y acciones personales cotidianas.


En el caso de México, la esperanza de vida se ha incrementado notablemente: pasó de 35 años en 1935 a 75 en 2019. Sin embargo, este avance no ha sido igual para todos. Las desigualdades sociales siguen marcando diferencias importantes: mientras que una persona nacida en la Ciudad de México en 2019 podía esperar vivir hasta los 79 años, alguien nacido en Guerrero tenía una expectativa de solo 72 años. Estas brechas reflejan cómo las condiciones sociales y económicas siguen influyendo en la posibilidad de vivir más y mejor, así como la necesidad de distribuir los beneficios de la longevidad de manera justa.


Entre las recomendaciones más relevantes para lograrlo se encuentran realizar al menos 150 minutos semanales de movimiento corporal, ya sea caminar, bailar o practicar alguna actividad física adaptada, lo que impacta también el estado de ánimo pues reduce síntomas de depresión y ansiedad, mejora la función cognitiva y promueve una mayor claridad mental. Moverse es, en muchos sentidos, una forma de pensar, sentir y reconectarse con uno mismo. En este sentido, la dieta tradicional mexicana, conocida como la dieta de la milpa (basada en ingredientes como el maíz, el frijol, la calabaza y los quelites), es una excelente alternativa cultural y nutricional a modelos más difundidos como la dieta mediterránea. Además de ser accesible y rica en nutrientes, representa un modelo de alimentación que conecta con la identidad y las prácticas regionales.


En suma, envejecer con salud no es solo una aspiración individual, sino una construcción colectiva que exige entornos adecuados, políticas públicas inclusivas y una cultura que reconozca el valor de la vejez. Lograrlo implica adoptar un enfoque integral que articule alimentación, movimiento, bienestar emocional y vínculos significativos, todo ello en un contexto que favorezca estas prácticas. No se trata únicamente de añadir años a la vida, sino de dar sentido, energía y dignidad a esos años. La clave está en comenzar cuanto antes, sí, pero también en asegurar que, sin importar la etapa, todas las personas tengan la oportunidad de reinventarse en la vejez. 

Lecturas recomendadas:
Bruckner P. Un instante eterno: Filosofía de la longevidad. Editorial Sirhuela, 2023 ISBN: 978-84-18436-63-5
Nussbaum M, Levmore S Envejecer con sentido: Conversaciones sobre el amor, las arrugas y otros pesares. Paidós, Barcelona, 2018, 352 pp. Anuario Filosófico, 52(3), 647-650.
Organización Panamericana de la Salud. Década del Envejecimiento Saludable: Informe de referencia. Washington, DC: OPS; 2022. Disponible en: https://doi.org/10.37774/9789275326589
OMS Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. Ginebra Suiza 2015. https://www.who.int/es/publications/i/item/9789241565042
https://www.paho.org/es/temas/ciudades-comunidades-amigables-con-personas-mayores

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